jueves, 29 de noviembre de 2007



Jueves, 29 de noviembre de 2007
Defensa ha elegido a La Legión para que se ocupe de todos los relevos de 2008 para Líbano y Afganistán
Oficialmente, hay 3.000 soldados desarrollando diversas misiones en el extranjero. El Ministerio de Defensa tiene previsto que los relevos en Afganistán y Líbano que se lleven a cabo en 2008 se realicen bajo el mando de La Legión.
Según fuentes militares consultadas por El Confidencial Digital, el Ministerio de Defensa ha decidido que sea la Brigada de La Legión quien lleve el grueso de las misiones españolas en el extranjero durante el próximo año.
Algo más de 2.600 legionarios se desplazarán con destino a Afganistán y Líbano. Eso sí, para no sobrepasar el límite de los 3.000 soldados desplegados, el contingente que se desplace a la tierra de los talibanes será de 690, mientras que 1.100 hombre se trasladarán al país de los cedros.
Los próximos relevos los llevarán a cabo los integrantes de la Brigada ‘Rey Alfonso XIII’, creada en 1995 en función de los Tercios 3º ‘Don Juan de Austria’ y 4º ‘Alejandro Farnesio’. Actualmente, la Brigada de la Legión (conocida como Brileg) está ubicada en las ciudades de Almería y Ronda (Málaga).
La Brigada cuenta entre otras unidades por el Grupo de Artillería de la Legión (Gacaleg), Unidad de Zapadores (Uzapleg) y el Grupo Logístico de la Legión (Glogleg) o la Bandera de Operaciones Especiales ‘Maderal Oleaga’ XIX (Boel).
Recientemente, esta Brigada ha participado en el ejercicio ‘Austria 07’ en el Centro de Adiestramiento de ‘Chinchilla’, Albacete. Realizaron una operación ambientada en un escenario similar al de Afganistán.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Yo quiero ser Caballa


ANTONIO BURGOS
LA lluvia en Sevilla no es ninguna maravilla. Maravilla, maravilla, lo que se dice maravilla, con los tiempos que corren, si es que quieren reciclar la rima, los Reyes en Melilla. O en Ceuta. En la España más España. Maravilla... y envidia. Me ha dado envidia de Ceuta, achares de no vivir al pie del Hacho. Yo de mayor quiero ser caballa. Pero no caballa gaditana con piriñaca, que tampoco viven malamente, como las mojarritas en la Caleta, sino, al otro lado de la mar de la Cuna de la Libertad, caballa de Ceuta. Los ceutíes se llaman a sí mismos, y a mucha honra, caballas. Y más a orgullo tienen ser españoles. Yo le aplicaría ahora a aquella tierra que una vez me enseñó amorosamente, palmo a palmo, el senador socialista Antonio Rallo, la frase que Blas Infante dedicó a Andalucía: «La España más España de todas las Españas».
-Es menester ver, maestro, que para poder encontrarnos con España tengamos que coger el ferry en Algeciras... Así son las cosas. Si hubiera un Libro Español de los Récords, Ceuta y Melilla deberían figurar con todos los honores. Son las dos únicas ciudades españolas donde puedes sacar tranquila y orgullosamente la bandera nacional sin una consecuencia y sin una condición:
1. Sin que te llamen facha.
2. Sin que juegue la selección nacional de fútbol.
Así nos gusta ver a nuestros Reyes a algunos que somos monárquicos por razones estéticas e históricas: llegando a las ciudades engalanadas hasta la corcha con banderas nacionales, rindiéndoles honores la tropa, sonando la Marcha Real y el repeluco antiguo y alfonsino de «El Abanico». Y con la gente aplaudiéndolos y vitoreándolos como ya sólo se aclama a los «cracks» del Real Madrid o a las triples canastas de la selección de baloncesto.
¡Qué maravilla los Reyes en Melilla y en Ceuta! Y qué pena de esta España donde los Reyes, así, ejerciendo de Reyes, ni a soñar que nos echemos pueden ir de visita oficial no digo ya a esos trozos de España que se llaman Cataluña o Vascongadas, sino hasta un cierto Madrid, porque a la vista está que cuando la Castellana se llenó de banderas de España, a los que las llevaban les dijeron de todo. ¿Será que al igual que una vez, cuando a los de las pateras se les fue la mano y llegaron hasta Asturias fue Covadonga lo único que quedó de España, y como otra vez, cuando los gabachos napoléonicos descubrieron el jamón y el fino La Ina fue Cádiz lo único que quedó de España, ahora lo único que nos queda de lo que entendemos por España son Ceuta y Melilla?
Porque han ido los Reyes a esas ciudades, españolas desde muchos antes de Rege Carolo, y se ha mosqueado el primo de Zumosol de la pastela y el cuscús. ¿Y qué? Es lo normal. Lo malo no es que se mosqueen los vecinos de la morisma cuando los Reyes van allá por tierra española, allá por tierra africana, donde un soldadito español de esta manera cantaba... Lo malo es que si los Reyes hubieran hecho eso mismo en Cataluña, el cabreo del siglo se lo hubiera cogido Mojamed Carod. Y si hubieran ido de esta misma manera a las Vascongadas, menuda marcha verde hubiera organizado Mojamed Ibarreche. Qué maravilla de Ceuta, qué portento melillense, que puedas sacar con toda libertad la bandera constitucional de España y colgar con ella tus balcones sin que los vecinos del bloque te señalen como facha y te digan que cuidadín, que a tu hija, la que está colocada en la Junta, puede que no le renueven el contrato...
¿Y la maravilla de los retratos de los Reyes puestos en los escaparates, como en las Monarquías Parlamentarias europeas consolidadas? ¿Y la gente llevándolos en las manos? Pero no para meterles mecha ni candela, sino para agitarlos y, en todo caso, para faltarles una mijita el respeto metiéndoselos bajo el sobaco cuando llega la comitiva regia. Pero no por nada, sino para tener las manos libres a fin de rompérselas tocándoles las palmas. Como que ni Valladolid, como con Felipe III, ni en el Madrid de Carlos III. Yo pondría la capital de España en Ceuta y Melilla. Los meses pares en Ceuta y los impares, en Melilla. Ahí sí que se puede manifestar con toda libertad lo que dijo Pemán en el Himno de Aviación: «La gloria infinita de ser español».

En Melilla como en Ceuta

JOSÉ CAVERO
Si en Ceuta, como explicó un cronista, «los Reyes arrollaron», en Melilla no querían ser menos, y la población de la ciudad española se volcó, como durante la visita del lunes, desde el mediodía hasta la tarde, para aclamar a los Reyes y expresarles su cariño. El Rey don Juan Carlos llevó por delante la presentación de disculpas por haber tardado tanto en visitar estas dos ciudades. Y tampoco perdió la ocasión para expresar, tanto la españolidad de Ceuta y de Melilla, como los permanentes esfuerzos de la diplomacia y del comercio españoles para tener excelentes relaciones con el vecino del Sur. Naturalmente, las palabras del Rey no han tenido parecido eco en boca de los políticos marroquíes, que no han dudado en comparar la situación de Ceuta y de Melilla con las zonas palestinas de Gaza y Cisjordania ocupadas por Israel...


Naturalmente, la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla no ha sido una demostración de afecto y cariño hacia el Gobierno de Rabat, que mantiene como estribillo su deseo de «reconquistarlas» o recuperarlas para el mapa marroquí, pese a la historia y a la composición y deseos de su ciudadanía. Pero no hay duda de que es posible que se tarde algún tiempo, y que cueste algunos nuevos esfuerzos, para recuperar una cierta confianza de los políticos de Rabat. La propia Familia Real suele ofrecer gestos y demostraciones de esa naturaleza a «sus primos» marroquíes. Por otra parte, entienden medios diplomáticos españoles que era hora de que los Reyes cumplieran con estas dos ciudades y era hora, asimismo, de mostrar a Rabat la insatisfacción y agravio que determinadas actitudes, como la preferencia que sigue mostrando por la cooperación empresarial y económica con Francia, siguen teniendo en el palacio real marroquí. Se señala en medios políticos españoles que el Gobierno español está decidido a reforzar la cooperación económica y política para evitar que el viaje de los Reyes pueda poner en riesgo las buenas relaciones conseguidas en los últimos años con el reino alauita. El Ministerio de Industria ha indicado que España es, en la actualidad, el segundo país que más invierte en Marruecos, sólo superado por Francia. Precisamente, esa competencia con Francia parece suscitar algunos problemas y recelos por parte española.


Por lo demás, ceutíes y melillenses han tenido oportunidad de expresar esa españolidad y pertenencia a la vieja España. Algún cronista no duda en señalar que los Reyes han vivido dos de las jornadas más intensas de todo su reinado, aunque hayan sido de unas pocas horas. Otros analistas han puesto de relieve que los Reyes «se han ganado el sueldo» en estas dos jornadas de noviembre que para muchos ciudadanos de las plazas africanas españolas no hay duda de que han sido históricas.

domingo, 4 de noviembre de 2007

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