lunes, 16 de julio de 2007


Feria de Málaga 2007



El Ayuntamiento de Málaga ha concedido a nuestra Asociación Caseta de feria

para este año 2007 en el Real.


Seguiremos comentando

martes, 10 de julio de 2007

VISTA DE CEUTA DESDE UN AVION


Acabo de recibir varios fotos de un amigo de Ceuta cuando regresaba de Tenerife, hacia Jerez de las que adjunto algunas.

lunes, 2 de julio de 2007


LA NUEVA ESPAÑA
GIJÓN
02/07/07
La muerte no es el final
miquel silvestre
En Ifni se abrió el libro de la historia de nuestros paracaidistas con la muerte de un alférez provisional. Esa guerra de 1957, la última española, bautizó de sangre un cuerpo militar recién creado con desechos de la Legión: la Brigada Paracaidista. Yo serví allí como artillero, cuando ser ciudadano español no sólo significaba tarjeta de crédito a costa de los Presupuestos, sino que había que pagar con un año de vida la pertenencia a una nación, ese concepto discutido para todo un Presidente, pero que a mí me costó trescientos sesenta y cinco indiscutibles días de mi juventud. Jamás tuve 22 años, me los robó un alistamiento obligatorio. Un alistamiento obligatorio que hendía sus raíces en la Revolución Francesa, en la idea de soberanía popular y en el democrático principio de que todo el pueblo está llamado a la defensa de lo que es suyo. Aunque, claro, en España, que siempre ha sido diferente, estas cosas se arreglaban pagando para que fuera otro en tu lugar; lo que el Código Civil todavía cita como redención de la suerte de soldado, gasto colacionable de la legítima. El Ejército profesional es una descomunal redención colectiva. A Cuba y Filipinas fueron los más pobres, los mismos pobres que hoy revientan bajo nuestra bandera en Líbano o Afganistán. Con mi generación desaparecerán muchas cosas, incluido ese género literario de transmisión oral llamado «Historias de la puta mili». Me alegro. Aquello era un secuestro legal. Yo no quise ir, sólo quería retozar con mi novia, dejarme cresta y bailar un pogo interminable. No me dejaron. Me arrastraron al infierno de Alcantarilla y luego a Alcalá de Henares, me jodieron, me arrestaron, me obligaron a marchar, a desfilar, a ir de maniobras, a pasar frío, a sufrir mientras el resto del Ejército de reemplazo se desmoronaba entre la pereza de los militares y el desprecio de los políticos. Pero ya no hay mili. Yo fui de los últimos que pilló. A cambio de un año en la Bripac me dieron ese título que tan pomposamente ha leído el ministro Alonso: caballero legionario paracaidista, CLP, en mi caso, como fui obligado, llevo el añadido de «honorífico». Nunca le di demasiada importancia a esa boina negra ni a ese titulito vacío, pero hoy siento que ese honor añadido a mi «blanca» (la licencia) tiene sentido al ver el rostro decidido de esos niños que juegan a ser marciales hoplitas en un maldito desierto que ni nos va ni nos viene.Nuestros militares de la boina negra y el rokiski cosido en la pechera están en Líbano para servir de tiro al blanco. Los ha llevado de adorno desarmado el infantil delirio de un Adán político; sin misión clara, son involuntarios propagandistas de una alianza de civilizaciones que devuelve bombas a cambio de halagos. Dicen que no hay inhibidores suficientes para las tropas, pero en Madrid no funcionan los mandos a distancia de tantos coches protegidos como hay. Ah, claro, se me olvidaba que son para los políticos. Yo no quise ir. Nunca me gustó desfilar, no creía en himnos ni sentía el orgullo castrense, pero sí sé que cada tarde, cuando sonaba el toque de oración por los caídos, me levantaba por convicción propia, y en posición de firmes saludaba a la bandera por tanto desgraciado como había dejado nuestra gloriosa historia de guerras y matanzas. Muchas veces lloré oyendo aquella corneta. Lloraba por ellos y por mí. Viéndome allí, en el campo de maniobras del Teleno, sucio y fatigado, me sentía uno más en la atroz cadena de críos sacrificados por no se sabe qué delirios. Ayer fue la idea de un imperio, hoy la paz universal, pero siempre encuentran otros los motivos por los que un chaval de uniforme debe morir. Hoy vuelvo a escuchar ese toque de oración y por primera vez en mi vida siento el orgullo y el honor de ser un CLP.

domingo, 1 de julio de 2007

Soldados y mandos denuncian la escasa preparación de la tropa en las misiones

PALOMA CERVILLA. MADRID.
ABC.es 1-7-07

Los tres atentados que han sufrido las tropas españolas en las misiones de Afganistán y Líbano tienen dos denominadores comunes: la juventud de los fallecidos y el alto porcentaje de soldados procedentes de Suramérica. Estas circunstancias plantean una serie de cuestiones sobre qué tipo de militares se envían a estas misiones internacionales, cuál es su formación y si realmente un joven de poco más de 20 años, en algunos casos de 18, está preparado para una misión de tan alto riesgo, como ahora se ha demostrado, a pesar de insistir el Gobierno en que son «operaciones de paz».
Este debate ya se plantea en las Fuerzas Armadas, pero se ha reabierto de nuevo como consecuencia de la matanza de seis militares en el Líbano. La veda ya se ha levantado y los soldados reconocen que «el Gobierno debería prepararnos más» y que apenas se realiza una selección de nivel de formación para ir a estos países en guerra, sino que «la mayoría de las veces se va por dinero». Unas cantidades muy atractivas, ya que a los mil euros de sueldo mensual medio que reciben en España se le unen los tres mil más que perciben por participar en estos operativos.
«Nadie te obliga»
No hay selección natural para ir a estas misiones, «ellos tienen que llenar un porcentaje y tienen que movilizarlos. Te hablan de dinero, pero es verdad que se va voluntariamente, nadie te obliga». Sin embargo, y a la vista de lo que ha sucedido en el Líbano, estos soldados reconocen que «nos han dicho que son misiones de paz, pero sabemos que son conflictos de guerra». Otro de los datos más llamativos es el alto porcentaje de suramericanos, sobre todo peruanos y colombianos, entre los asesinados, y que no es más que el reflejo del aumento progresivo de la presencia de extranjeros en las filas del Ejército español.
Una presencia que es especialmente significativa en las unidades más operativas: la Legión, la Brigada Paracaidista (Bripac) y la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat), las unidades más especializadas y donde se han registrado todas las bajas. La explicación de estas circunstancias es que, cuando se dio vía libre a la entrada de extranjeros en el Ejército, tan sólo se les permitía el ingreso en la Bripac. En la actualidad, los extranjeros llegan a un 25 por ciento y los soldados consultados por ABC señalan que, «aunque ahora los suramericanos pueden ir a otras unidades, siguen ingresando un alto porcentaje en la Bripac, ya que los españoles no quieren ir a este tipo de unidades». Estos soldados reconocen que son los que están «al frente» en las situaciones más complicadas, por eso hay un mayor porcentaje de fallecidos. «Nosotros somos los que nos exponemos, los mandos están en las bases», reiteran.
La autorización para que los extranjeros pudieran ingresar en las Fuerzas Armadas españolas fue aprobada por el Gobierno del Partido Popular, que permitió hasta un 3 por ciento de los efectivos. Posteriormente, el ministro de Defensa José Bono subió el porcentaje hasta el 7 por ciento, que volvió a incrementar José Antonio Alonso en mayo hasta llevarlo a un 9 por ciento, pero en estas unidades de elite la cuota sube hasta el 25.
El requisito principal para ingresar en las Fuerzas Armadas es tener el permiso de residencia en vigor y el tiempo en el que pueden permanecer es de un máximo de seis años, a no ser que consigan la nacionalidad española. En 2006, de los cerca de 120.000 efectivos, los extranjeros eran tres mil.
Las críticas a la escasa formación de los militares que se desplazan al extranjero no sólo proceden de los propios soldados que se ven afectados, sino que los propios militares apoyan esta reivindicación, así como las organizaciones que los representan. Desde la Asociación Unificada de Militares Españoles (Aume), su secretario general, Mariano Casado, denuncia que «un chaval de dieciocho años, por su edad, no le ha dado tiempo de formarse, no tiene preparación técnica, pero tampoco psicológica. Hay que preguntarse cuáles son los criterios seguidos para enviar a la gente a las misiones internacionales y por qué van a la primera línea». Entre los militares apuntan que cuál es el plan de instrucción que tiene la OTAN para los militares que se envían a estas misiones.

Fallado el Premio Ejército 2007 de cortometraje de cine y documental


C24HORAS/


El galardón, dotado con 6000 euros, un trofeo y un diploma, fue recogido de manos del ministro de Defensa por Gustavo Cabanillas, director de Contenidos Melilla S.L., en una gala que tuvo lugar el pasado jueves 21 de junio en el Palacio de Buenavista de Madrid, sede del Cuartel General del Ejército.En el mismo acto se entregaron igualmente los premios de Investigación en Humanidades, Enseñanza Escolar, Pintura, Dioramas y Fotografía, y finalizó con un espectáculo de luz y sonido -cuya realización corrió a cargo de Televisión Española-, en el que se resaltó la vinculación del Ejército con la Ciencia y la Tecnología, así como la contribución militar al desarrollo científico y tecnológico. Los "Premios Ejército" nacieron en 1963. Desde entonces, y de manera anual, el Ejército de Tierra no ha dejado de convocarlos convirtiéndose en uno de los premios más antiguos del panorama cultural español. En la presente edición se ha incluido por primera vez esta nueva modalidad de cortometraje/ documental.La obra ganadora es un documental en torno a Jesús Martín, alias "el Mutis", que fue Cabo 1º del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión: en un 20 de septiembre, día en que se conmemora la fundación de La Legión Española, descubrimos con él los valores, sentimientos y el espíritu del Cuerpo al que dedicó su vida durante 35 años de servicio.

Los inmigrantes copan las unidades de elite del Ejército español


En el Ejército español hay 4.300 inmigrantes, en su mayoría colombianos y ecuatorianos. La ley permite un máximo de un 9% de extranjeros, pero en misiones de riesgo llegan al 30%. La Brigada Paracaidista y la Legión son los destinos más comunes.


Con la última reforma efectuada por el anterior ministro de Defensa, José Bono, acometida en diciembre de 2004, la evolución del número de extranjeros en las FAS fue gradual: en ese momento, sólo había 767 foráneos alistados, un 1,8 por ciento del total; un año después, ya eran 1.174; en enero de este año ya superaban los 2.500 y a día de hoy el total es de 4.064 inmigrantes.Una cifra especialmente significativa en brigadas como la Legión y los paracaidistas, las dos unidades punteras del Ejército, donde ya constituyen casi el 30 por ciento de sus soldados, algo provocado por el hecho de que fueran las primeras unidades en admitir extranjeros y las campañas de captación. Su presencia en estas dos brigadas se extiende ya desde los puestos de oficina hasta las compañías que primero parten a una misión.Los países que más soldados aportan son Ecuador, Colombia y Bolivia, y los que menos, Guatemala, Costa Rica y Honduras.El ingreso de un extranjero en las FAS está regulado de manera que sólo puede entrar si previamente ha logrado un permiso de trabajo para España.Para empezar, firman un compromiso de tres años. Durante ese tiempo, si quieren, pueden comenzar a tramitar la obtención de la nacionalidad española.En esta línea, la Ley de Tropa y Marinería recoge que «a los extranjeros que hayan solicitado la adquisición de la nacionalidad española y cumplido los 6 años de servicios se les podrá ampliar el compromiso hasta un máximo de 3 años, sin que en ningún caso puedan suscribir el compromiso de larga duración hasta adquirir esta nacionalidad». Una vez lograda pueden firmar ese compromiso y aspirar a las escalas de suboficial y oficial.Una profesión con ventajasSer inmigrante e ingresar en el Ejército es una buena opción si lo que se persigue es tener una vida estable en España con todas las garantías legales. Tiene sus ventajas, no sólo para la renovación del permiso de residencia, sino también para conseguir reagrupar a la familia que se ha quedado en el país de origen y conseguir la nacionalidad española. Renovar la residencia exige requisitos que cualquier soldado profesional podría acreditar, como son no ausentarse del territorio español durante más de seis meses de forma continuada, carecer de antecedentes penales y haber cotizado a la Seguridad Social un mínimo de 180 días al año. Traerse a la familia también es fácil. La Administración exige demostrar medios económicos suficientes, y un soldado puede hacerlo porque «haber cotizado en la Seguridad Social en la función pública se considera una garantía suficiente», dicen expertos en inmigración de la Confederación Española de Policía.A la hora de obtener la nacionalidad, que un iberoamericano tarda en tramitar dos años (10 para el resto de extranjeros), la pertenencia al Ejército avala por sí sola su arraigo social en España y los medios de vida suficientes que se exigen por el contrato fijo del que disponen.Modelo 'made in USA' De manera voluntaria o involuntaria se está imitando desde el Gobierno el modelo importado de EEUU: el presidente Bush firmó en julio del 2002 una orden por la que se podía solicitar la ciudadanía todo aquel que sirviera en las Fuerzas Armadas durante "la guerra contra el terrorismo".Estudios del Centro Pew Hispánico, constataron recientemente que los inmigrantes latinos componen el 9,5% de las FAS de EEUU, pero en que resultan ser el 17,5% del total en “zonas de conflicto”.Fuentes: La Razón, El País, Agencias.