Si en Ceuta, como explicó un cronista, «los Reyes arrollaron», en Melilla no querían ser menos, y la población de la ciudad española se volcó, como durante la visita del lunes, desde el mediodía hasta la tarde, para aclamar a los Reyes y expresarles su cariño. El Rey don Juan Carlos llevó por delante la presentación de disculpas por haber tardado tanto en visitar estas dos ciudades. Y tampoco perdió la ocasión para expresar, tanto la españolidad de Ceuta y de Melilla, como los permanentes esfuerzos de la diplomacia y del comercio españoles para tener excelentes relaciones con el vecino del Sur. Naturalmente, las palabras del Rey no han tenido parecido eco en boca de los políticos marroquíes, que no han dudado en comparar la situación de Ceuta y de Melilla con las zonas palestinas de Gaza y Cisjordania ocupadas por Israel...
Naturalmente, la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla no ha sido una demostración de afecto y cariño hacia el Gobierno de Rabat, que mantiene como estribillo su deseo de «reconquistarlas» o recuperarlas para el mapa marroquí, pese a la historia y a la composición y deseos de su ciudadanía. Pero no hay duda de que es posible que se tarde algún tiempo, y que cueste algunos nuevos esfuerzos, para recuperar una cierta confianza de los políticos de Rabat. La propia Familia Real suele ofrecer gestos y demostraciones de esa naturaleza a «sus primos» marroquíes. Por otra parte, entienden medios diplomáticos españoles que era hora de que los Reyes cumplieran con estas dos ciudades y era hora, asimismo, de mostrar a Rabat la insatisfacción y agravio que determinadas actitudes, como la preferencia que sigue mostrando por la cooperación empresarial y económica con Francia, siguen teniendo en el palacio real marroquí. Se señala en medios políticos españoles que el Gobierno español está decidido a reforzar la cooperación económica y política para evitar que el viaje de los Reyes pueda poner en riesgo las buenas relaciones conseguidas en los últimos años con el reino alauita. El Ministerio de Industria ha indicado que España es, en la actualidad, el segundo país que más invierte en Marruecos, sólo superado por Francia. Precisamente, esa competencia con Francia parece suscitar algunos problemas y recelos por parte española.
Por lo demás, ceutíes y melillenses han tenido oportunidad de expresar esa españolidad y pertenencia a la vieja España. Algún cronista no duda en señalar que los Reyes han vivido dos de las jornadas más intensas de todo su reinado, aunque hayan sido de unas pocas horas. Otros analistas han puesto de relieve que los Reyes «se han ganado el sueldo» en estas dos jornadas de noviembre que para muchos ciudadanos de las plazas africanas españolas no hay duda de que han sido históricas.
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